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lunes, 27 de junio de 2011
POSOS Y DECANTACIÓN
La formación de sedimentos es un fenómeno natural en los vinos. Es el resultado de no haber intervenido de forma radical en el proceso de elaboración y crianza, mediante fuertes clarificaciones o intensas filtraciones. No sólo no son defectos del vino, sino que son síntomas de calidad y respeto a una forma de trabajo natural.
Con el paso de los años se forman esencialmente dos tipos de sedimentos: los tartratos y la materia colorante. Los tartratos son cristalizaciones naturales procedentes de la uva. El más habitual es el Bitartrato Potásico, sales del ácido tartárico que precipitan por la acción del frío y del alcohol. Los vinos más viejos también tienen una precipitación de la materia colorante.
La forma de actuar ante los sedientos es tan sencilla como proceder a su decantación. Debemos tratar con cuidado la botella, sin moverla ni agitarla. Una vez descorchada, recordando que lo que debe moverse es el sacacorchos y no la botella, la decantamos lentamente en una jarra de cristal transparente. Cuando veamos que el líquido sale turbio acabaremos el proceso, dejando los posos en la botella.
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